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Rubén |
El gobierno ha aprobado el PIVE (Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente), un plan que regalará 2.000 euros a quien se compre un coche eficiente (las marcas rebajan mil euros, y todos los españoles ponemos otros mil, que acabarán en manos de dichas marcas). El coche debe estar catalogado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) con las etiquetas A ó B de eficiencia energética (con emisiones de CO2 de menos de 160 gramos por kilómetro), y con un precio máximo de 25.000 euros sin IVA (vídeo de la noticia en TVE). Los ciudadanos podrán comprar coches eléctricos o híbridos y a cambio, se debe entregar para chatarra un coche que tenga más de 10 ó 12 años según su tipo. ¿Es eso una acción ecologista de nuestro gobierno, o un regalo a la industria automovilística? Es evidente que hay mucho más de lo segundo, pues el transporte en vehículo privado no es ecológico por muy eficiente que sea: Producir un coche genera demasiadas toneladas de residuos, algunos tóxicos (minería, productos químicos…), que contaminan y degradan lugares alejados de los ojos del comprador del coche. La eficiencia energética es importante, pero el auténtico ecologismo habla más de energías renovables y de reducir el consumo, que de aparatos eficientes: Ya expusimos en otro artículo de BlogSOStenible sobre las ventajas e inconvenientes de las energías renovables que el gurú de las energías renovables Hermann Scheer sostenía que el ahorro y la eficiencia energética no son tan importantes comparado con la importancia de usar energías renovables. La eficiencia energética tiene un lado macabro y perverso. Para averiguar si cambiar de coche implica alguna ventaja ambiental, hay que hacer más cálculos que los económicos. Es difícil que sea ecológico convertir en chatarra un coche que se está usando, para comprar uno nuevo. Lo que ahorramos en consumo de gasolina del coche, lo perdemos en la energía empleada para producir ese coche, para desechar el antiguo, y la degradación que producen ambos procesos industriales. Pero de eso nuestro gobierno no dice nada. Para emplear estos 75 millones de euros en transporte sostenible, aquí van unas ideas: subvencionar bicicletas para uso urbano, poner más autobuses urbanos, rebajar el precio del transporte colectivo… |