Otras entrevistas
Noticias
Inicio > Experiencias de éxito > Carmen Hinojosa o cómo revolucionar el sector aprovechando la hoja de la piña para crear tejidos naturales sostenibles

Carmen Hinojosa o cómo revolucionar el sector aprovechando la hoja de la piña para crear tejidos naturales sostenibles

19/10/2023

, , , ,

Carmen Hinojosa emigró de España a Irlanda recién alcanza la mayoría de edad. No sabía qué quería hacer, pero sí tenía claro que quería aprender inglés y viajar. Comenzó a trabajar en el sector del cuero, donde se fue especializando y se convirtió en una experta de la marroquinería. A través de sus viajes de trabajo por el mundo y el contacto con las comunidades locales se dio cuenta del “proceso tan tóxico que es curtir un cuero”. Desde ese momento, dijo que no quería trabajar más con piel. Eso le llevó a buscar productos y alternativas naturales durante años para marcar un punto y aparte.

 

Tras un largo periodo trabajando con fibras naturales y un extenso proceso de investigación y desarrollo, se dio cuenta en países como Filipinas de que la hoja de la piña “es muy fuerte, pero muy flexible y muy finita”, perfecta para crear un no tejido. Así fue como, tras más de una década, fundó Ananas Anam (en inglés, ananas = piñas y en irlandés anam = alma), que crea tejidos naturales innovadores a partir de residuos de hojas de piña a través de dos productos: Piñatex y Piñayarm.

 

En la actualidad, a sus 70 años y tras pasar por la dirección general, Hinojosa es “la que marca el norte” de la compañía, como ella misma describe. “Soy casi directora espiritual. ¿Qué es, qué hay en el futuro que tengamos que desarrollar? Eso es un poco mi trabajo”, añadido al de explicar, enseñar y divulgar sus conocimientos por distintas instituciones.

 

Más de 1.000 marcas de todo el mundo como Hugo Boss, H&M, Hilton Hotel Bankside y grupos como Inditex han utilizado ya su producto Piñatex para accesorios, tapicería y prendas.

 

Ella tiene claro que vivimos en un “mundo colectivo” y, en esa lucha contra el cambio climático y esa búsqueda por la sostenibilidad, ha creado junto “a otros colegas” la comunidad Fibral.org, una organización para ayudar a los demás que están trabajando con fibras antiguas para promover estas “nuevas”.

 

1. Ananas Anam crea tejidos naturales innovadores a partir de residuos de hojas de piña ¿de dónde proviene la piña, por cuántos países pasa el proceso y cuántos kilos de hoja se utilizan al año?

Nosotros no compramos piña ni nuestras fibras son de la piña. Son de las hojas de desecho que quedan cuando se recogen la piña. En la actualidad provienen principalmente de las Islas Filipinas, donde también hacemos la purificación. También de Bangladesh y de Costa de Marfil, donde en estos momentos tenemos a nuestros socios que están desarrollando el sistema. Estamos viendo cuál es el potencial en Costa Rica. Después de pasar por estos países llegan a España, donde hacemos el acabado especializado, para más tarde exportarlo. Estamos preparándonos para desarrollar todo el producto en las Filipinas para el mercado de Asia, porque es lo que tiene sentido, pero de momento todavía no tenemos allí esa tecnología. Como somos una empresa B Corp, tenemos el informe de nuestro impacto: en el año 2022 usamos 1.729 toneladas de hojas. Si no las usáramos, más del 80% se quemarían. Estas toneladas evitan que se emitan 2.794 toneladas de Co2.

 

2. ¿Podrías hablarnos un poco de los dos proyectos, de Piñatex y de Piñayarn?

Piñatex es el primer producto que yo buscaba como cuero alternativo y se puede usar como eso. Es un no tejido que tiene unas características que se pueden usar en el mundo de los zapatos, ropa, interiorismo, automóvil… es muy versátil. Piñayarm es el hilo que se ha lanzado este año y se usa para cualquier cosa en la que usas un hilo de algodón. Hemos hecho recientemente, por ejemplo, una colección con Kalvin Klein, en la que nuestro material ha formado la parte superior del zapato. Nosotros no creamos el producto final. Nuestro producto es el material, lo vendemos a empresas en rollos porque es más efectivo de usarlo. Esperamos hacer nuestros productos, pero todavía hay que ir paso a paso.

 

3. ¿Cuál es la situación actual y cuál es el mayor reto al que se enfrenta la compañía en la actualidad?

Estamos en el momento de reestructuración, en la fase de upskilling. Estamos expandiendo nuestros mercados porque, por ejemplo, ahora el mundo del automóvil está muy interesado. Todo el mundo está interesado en buscar alternativas. Piñatex fue el pionero, no es el único ahora, que es muy buena noticia, entonces también estamos creciendo nuestro ecosistema.

 

Lo que estamos haciendo es entrenar a las cooperativas – en estos momentos son ocho entre Filipinas y Bangladesh-, dotándolas de máquinas, enseñándolas cómo usarlas y desarrollando el producto con calidad. Todo este ecosistema es complejo porque nadie había hecho esta cadena de suministro antes. Desarrollar esto y upscale quiere decir ir a un nivel de producir más alto teniendo en cuenta, como siempre decimos, la gente y el planeta, eso es bastante reto.

 

4. ¿Cuántos trabajos genera en total Ananas Anam?

En torno a cincuenta empleos directos, pero lo importante para mí es que generamos trabajo en las comunidades locales y en 2022 se produjeron 550 trabajos indirectos, que en realidad son muy directos. Se han creado estos puestos de trabajo que no existían antes en sitios donde hay muy poco y son pobres. Además, la mitad de las personas trabajadoras son mujeres y, en Bangladesh, casi todas son mujeres, y eso es maravilloso. Para mí es un orgullo.

 

5. ¿Cómo ha evolucionado la presencia en España?

España es el centro de importación y exportación. En Canet de Mar (Barcelona) tenemos una nave donde se lleva a cabo el procesado de la fibra para después exportarlo a todo el mundo.

 

6. Has asegurado que los comienzos no fueron fáciles y que en un principio no se apostaba por el proyecto. Hoy en día ¿cuál crees que es el grado de concienciación sobre el consumo de productos sostenibles por parte de la sociedad?

Depende de la geografía. En ciertos países hay mucha más conciencia que en otros. Tengo que decir que en España yo no encuentro tanta conciencia como en otros países en los que trabajo, que son más bien países del norte como Inglaterra o Irlanda. En España tenemos que avanzar, pero yo veo que hay grandes esfuerzos e impulsos para que esto siga adelante.

 

El mundo textil y de moda está haciendo un esfuerzo, muchas veces no suficiente, pero es complicado. De cierta manera hay que tener la conciencia de la cooperación, de unirse, y por eso nosotros hacemos colaboraciones y trabajamos con empresas, por ejemplo, como Inditex. Y podemos decir sí, hacen esto y lo otro, pero también están intentándolo a su manera. Creo que la conciencia general del consumidor tiene cada día tiene más potencia, más importancia, y somos nosotros como consumidores los que tenemos que coger esta conciencia, este poder que tenemos, y usarlo.

 

Muchas veces no nos damos cuenta de cuál es nuestro poder. Tenemos una libertad extraordinaria. Nadie nos fuerza a comprar una camiseta que es de cinco o diez euros, o comprar cinco, veinte o una al año. Con libertad, nosotros tenemos que decir “no me compro otro o me compro uno que me va a durar más y que sé de dónde viene”.

 

Hay muchos niveles de conciencia. Tenemos el de Europa, que tiene leyes muy estrictas como el pasaporte digital de todos los productos que vienen. Poco a poco el círculo se tiene que cerrar, por narices. Lo sabemos muy bien. La conciencia tiene que venir de nosotros como individuos y después de la comunidad, del mundo de negocios, de los gobiernos y de todo.

 

No podemos hacerlo nosotros únicamente y este proceso no va a ser top down. Es botton up. La solución de estos problemas viene así. Sí, de abajo arriba, sí. Somos nosotros los que tenemos esta responsabilidad y sobre todo la gente joven.

 

7. ¿Consideras que los bosques son una oportunidad para el emprendimiento verde?

Sí. Trabajo en los países donde necesitamos bosques. Se tienen que conservar. El medio ambiente es el pulmón del mundo. Yo casi digo hola a los árboles cuando me los encuentro. En nuestro caso, no tenemos que plantar ni una piña para hacer aproximadamente 1.500.000 metros de Piñatex. Utilizamos 27.000.000 de kilos de basura, por decirlo así, que es desecho que tenemos a nuestra disposición sin plantar una piña. Y lo más importante es que Piñatex no necesita quitar tierra a nada, porque lo que necesitamos es tierra para agricultura. No es como el algodón, que es desertificante completamente, u algunos animales. He decir también que hay mucho green washing. Nuestro producto no solamente no hace daño; hace bien. Cuando extraemos la fibra, la biomasa que queda es fertilizante.

 

8. ¿Qué le dirías a aquellas personas que desean emprender para frenar la deforestación y la degradación forestal?

Creed en vosotros mismos, creed que lo que hacéis es importante para el mundo. Tened un plan muy claro, la voluntad de decir “se necesita hacer”, buscad porque siempre hay gente que puede ayudar. Una puerta se cierra, sigues, y hay otra que se abre. Si tu visión y tu voluntad está clara, de “esto es lo que tengo que hacer”, sigue adelante. Busca, encontrarás, y es tan importante, porque estamos en un mundo colectivo. Ten fe en ti mismo y en la humanidad. No soy inocente. Esta es mi quinta empresa. Luché toda mi vida por tener algo, pero yo no pienso en mí, pienso en mí como colectivo de todo lo que tenemos. Si crees en algo, tienes que ser parte de este colectivo global, y pensar de esta manera y no ponerte en el centro de todo. Sí, tenemos miedo, pero en realidad eso no nos lleva a ningún sitio. Es esta responsabilidad moral, esta ética, la que necesitamos poner enfrente de todo.

 

 


Desde el Programa Empleaverde y la Red Emprendeverde se apoya la puesta en marcha y crecimiento de emprendimientos verdes en España, que aportan soluciones a los retos de la lucha contra la deforestación y la degradación forestal y a la pérdida de biodiversidad.

 


 

¿Te ha gustado?, compártelo