menade, vinos, ecológicos, sostenibles, red emprendeverde, viñedo, rueda
Bodegas Menade se fundó en el año 2005 por los hermanos Sanz. Hijos de Antonio Sanz, un emblemático enólogo y uno de los precursores de la Denominación de Origen Rueda, son la sexta generación de una familia dedicada al vino. Hoy, Richard Sanz, propietario, se encarga de la elaboración de los vinos, como un proyecto vital y orgánico con una dilatada experiencia. La impronta mediambiental está en el ADN de los vinos Menade desde su nacimiento, con caldos cultivados en suelos vivos y libres de tóxicos.
El proyecto cuenta, además, con actividades de enoturismo explicando el proceso en persona y en el sitio, porque como relata Ricardo Sanz, “nadie mejor que nosotros para poder difundir nuestro mensaje”.
¿Cómo nace Menade? ¿En qué momento se decide apostar por el vino ecológico?
Menade nace como proyecto vital y orgánico. Es uno de sus pilares fundamentales. Así que no es una apuesta es una necesidad y una manera de vivirlo.
¿Cuál es el objetivo de esta compañía?
El objetivo es ser felices y poderlo demostrar a través de nuestros vinos. Contamos con un equipo con un compromiso con su pasado, presente y futuro, con su tierra, con su origen, con sus congéneres. Nuestro objetivo es elaborar vinos honestos sin dejar huella o al menos intentarlo y trabajar una viticultura sana y coherente con el medio ambiente.
¿Cómo habéis incorporado la parte de cuidado medioambiental en vuestro negocio?
Es que no la incorporamos: es y nace con el proyecto. Es una de nuestras raíces.
¿Habéis echado algo en falta a la hora de poner en marcha vuestro emprendimiento o incluso de manteneros en el mercado?
Pues lo inicios fueron austeros, muy poco informativos y muy poco colaborativos por parte de los organismos que estaban entonces. Tuvimos que aprender solos. Hoy, 20 años después, estamos orgullosos de haber logrado cambiar una región y un sector. Todos son muy orgánicos.
Uno de los puntos fuertes de Menade es su valoración ecológica, ¿es complicado seguir este principio siempre? ¿qué barreras encontráis?
No creo sea difícil es más un asunto de interpretación y convicción. El cambio climático está haciendo que nos pongamos las pilas y, en nuestro caso, aprendemos todos los días de nuestras viñas y de la naturaleza. No hay nada más sabio.
Además, contáis con actividades de enoturismo, ¿en qué consisten? ¿potenciáis también el turismo sostenible?
Creemos firmemente en lo que somos, en lo que hacemos y así entendemos que una parte fundamental es explicándolo en persona y en el sitio. Ya estamos casi al 100 % de que nuestro consumo provenga de nuestra energía solar y contamos con sello de huella carbono oficial. Nada mejor que nosotros para poder difundir nuestro mensaje.
¿Qué os diferencia de otros viñedos?
Lo primero es que nos encargamos de injertar la variedad original que es la verdeja. Nuestros suelos están vivos y libres de tóxicos. Ahora estamos haciendo análisis de nuestra vida y composición de ellos. Son muy personales, muy puros.
¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?
El proyecto más cercano es hacer lo que hacemos aún más y mejor.